“Para que algo tenga éxito hay que fracasar en muchas ocasiones”
Enrique Gómez nació en Peligros en 1990. A los ocho años empezó su educación musical en el Conservatorio Ángel Barrios de Granada, en la especialidad de saxofón. Al mismo tiempo forma parte de la banda municipal de Pulianas. Tras recibir varios diversos premios y tocar con otras bandas como la municipal de Granada, y convertirse en profesor de música en la Escuela Experimental, en 2011 da un giro radical a su vida gracias a su investigación para mejorar el sonido del saxofón. Tras desarrollar su propia abrazadera, que se pone y quita fácilmente, el invento se expande por el mundo de mano de los mejores saxofonistas. Las ventas, principalmente a través de su web, ya le permiten vivir de las abrazaderas. Ahora compagina con la empresa su trabajo como profesor, y con los estudios de Ingeniería de Edificación.¿Como surgió la idea de las abrazaderas? La idea de diseñar una abrazadera vino por la curiosidad que siempre he tenido en probar cosas nuevas para mejorar mi sonido y ver cómo todo material te puede dar propiedades sonoras diferentes. Me parecía un elemento fundamental para el sonido del saxofón, poco investigado, y estaba buscando algo diferente, nuevo. De ahí que empezara a pensar en cómo sería mi abrazadera ideal. Buscaba algo que fuera fácil de poner, divertido y personal, con carácter y una abrazadera que diera acústicamente las propiedades que me interesaban por mi forma de entender el saxo y la música. A partir de ahí poco a poco fui probando con diferentes materiales y formas hasta que un día, sin darme cuenta, había fabricado mi primera abrazadera, un poco tosca, pero que al probrarla me di cuenta de que era lo que estaba buscando. La fui dejando a mis compañeros para tener otras opiniones, y todos me animaban a que les hiciera una y a continuar vendiendo a todo el que estuviera interesado, ya que las cualidades sonoras eran muy buenas. En poco tiempo la probaron los mejores saxofonistas y se expandió a todos los continentes. ¿Qué fue lo más difícil en el proceso de patentar y después vender las abrazaderas? El simple hecho de patentar algo ya suena a complicado y difícil, princi